Coronavirus: 5 medidas psicológicas y emocionales

La crisis sanitaria del coronavirus nos está poniendo a prueba a muchos niveles. En una situación tan nueva y desconocida es natural que se genere preocupación y miedo. Sin embargo, puede que dicha preocupación acabe convirtiéndose en una alarma excesiva que no ayuda en la gestión de la situación y que nos causa malestar psicológico y emocional a nosotros y a los que nos rodean.

A las medidas de prevención que nos han llegado suficientemente por muchos medios (higiene, contacto social, etc…), debemos añadir una serie de puntos importantes relacionados con los ámbitos psicológico y emocional. Estos consejos ayudarán a mantener la calma, no caer en alarmismos innecesarios y hacer una buena gestión de la situación:

1- NO ANTICIPAR

Mantente en el momento presente. Evita anticiparte imaginando posibles desenlaces de la situación, medidas que habrá que tomar, consecuencias de la crisis, etc… La anticipación mental aumentará tu preocupación de forma innecesaria y te predispondrá de forma negativa a los desenlaces reales de la situación. Enfréntate a cada cosa cuando aparezca, sin anticipaciones imaginarias.

Sé responsable y haz lo que esté en tu mano: sigue los consejos de los expertos y las autoridades sanitarias tomando las medidas recomendadas. Ser prudente es positivo pero un exceso de precaución es contraproducente. Tomar medidas excesivas o que no han sido recomendadas por la autoridades sólo aumenta la sensación de miedo y puede perjudicar directa e indirectamente a los demás.

2- GESTIONAR BIEN LA INFORMACIÓN

Hacer un buen uso de la información pasa por mantenerse informado pero no estar todo el día pendiente del tema. La sobreinformación no te protegerá más sino que aumentará tu sensación de riesgo. Descansa mentalmente del tema ocupando tu tiempo en otras actividades.

Evita hacer comentarios alarmistas a las personas de tu entorno. Haz un uso responsable de las redes sociales: no compartas información catastrofista o no contrastada. Aunque sea el tema del momento, evita hablar todo el tiempo del coronavirus conversando sobre otros asuntos con tus familiares y amigos.

Todas estamos informadas suficientemente a través de televisión, Internet, redes sociales, radio… Compartir cada noticia nueva que aparece o enviar mensajes redundantes sólo contribuye a saturarnos mental y emocionalmente.

3- LO REAL FRENTE A LO IMAGINARIO

A lo mejor estás preocupado por una persona mayor o por algún conocido que tiene una enfermedad. Quizá te haya pasado por la mente pensar qué pasaría si tú o alguno de tus familiares o amigos contrajerais el coronavirus… Este tipo de pensamientos pueden ser normales pero hay que mantenerlos «a raya»: básate en la realidad de la situación y evita alimentar fantasías que ni siquiera son ciertas y que sólo te harán sentir angustia.

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4- GESTIONAR LAS EMOCIONES

Pon atención en tus emociones e intenta identificarlas: miedo, angustia, rabia, tristeza… Date permiso para sentirlas sin apartarlas o reprimirlas. Dar permiso no es regocijarse o aumentarlas de forma voluntaria a través de pensamientos o actitudes que las alimenten, sino tomar conciencia de ellas, darles un espacio sin negarlas.

Escribir lo que sientes o hablar de ello con las personas que te rodean puede ser una buena gestión emocional. Si alguien a tu alrededor está preocupado o con emociones negativas al respecto, puedes mostrarte disponible para escuchar y haceros un acompañamiento mutuo.

5- ACTITUD POSITIVA

Tan perjudicial es el miedo excesivo como la ausencia de él. No se trata de negar la importancia de la situación ni creerse inmune a la enfermedad, sino mantener una actitud serena y positiva que favorezca el bienestar personal y colectivo mientras dure la crisis.

El sentido del humor siempre ayuda a aligerar situaciones complicadas. Reírnos de nuestro propio miedo, por ejemplo, contribuye a crear una atmósfera distendida que ayuda a combatirlo.

Si tienes que quedarte en casa, realiza actividades placenteras que mantengan tu atención en otros temas. Mantener la serenidad el tiempo que dure la crisis sanitaria será clave para gestionar el tema con buena actitud.

Desconfianza, rebeldía, miedo exagerado, vulnerabilidad, sensación de inmunidad, rabia, victimismo, egoísmo, pensamientos catastróficos, no aceptar la situación, indiferencia…¿qué esta despertando en ti esta crisis? Es una buena ocasión también para darnos cuenta de actitudes propias que a veces permanecen dormidas en nuestro interior y que despiertan ante situaciones como ésta.

Esta crisis nos invita a bajar el ritmo, un gran reto en nuestro hiperrevolucionado día a día. Parar, recogernos, poner atención en otro tipo de cosas. Tomar conciencia de nuestras emociones y nuestros miedos. Sentirnos parte de un conjunto, con un mismo objetivo. Cuidarnos a nosotros y a los demás. Practicar la empatía, la escucha y la solidaridad.



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