Los cambios a nivel profundo (miedos, problemas emocionales, ansiedad, adaptación a cambios, etc…) deben abordarse desde un plano equivalente que permita un trabajo integral de la persona. Para este tipo de cambios lo más adecuado es un enfoque terapéutico como la terapia Gestalt, que pueda incidir en estos niveles más profundos y realizar un proceso que abarque diversos aspectos de la persona.
Para objetivos más concretos y que no incidan en aspectos tan nucleares, el Coaching es una técnica altamente efectiva que permite alcanzar la obtención de cualquier meta.
Coaching: del deseo al éxito
El Coaching es una disciplina dirigida al logro de objetivos tanto personales como profesionales, que permite aumentar el autoconocimiento y mejorar la calidad de vida. Contribuye a descubrir, potenciar y utilizar los propios recursos, así como revelar nuevas habilidades y usarlas de manera eficaz.
Con el acompañamiento y guía del/la profesional (Coach), se trabajan una serie de etapas con el objetivo de alcanzar la meta de la forma más rápida y eficaz posible:
1. CONTACTO INTERNO
En este primer e imprescindible paso contactamos con las propias necesidades y deseos: ¿qué necesito cambiar? ¿cuáles son las acciones que me aportarán bienestar? ¿qué cambios quiero en este momento de mi vida?. Trabajando estos aspectos podemos distinguir las necesidades y deseos reales de aquellos que pueden nacer de la exigencia, el desconocimiento de uno mismo o la imposición de terceros. Estos “darse cuenta» de los que nos habla Jorge Bucay en este cuento, aparecen desde el contacto con los propios pensamientos y emociones ayudándonos a identificar nuestra necesidad. Por ejemplo “llevar una vida más sana”.
2. DEFINIR EL OBJETIVO
En este paso le damos una forma concreta el objetivo, viendo qué significado tiene para mí «llevar una vida más sana», ¿mejorar la alimentación? ¿hacer más ejercicio? ¿dejar malos hábitos?. Cuando pensamos en el objetivo global puede parecer algo abstracto, demasiado amplio y complicado de alcanzar. Por eso algunas veces se hace necesario dividirlo en otros más pequeños, como por ejemplo «ir al gimnasio martes y jueves» o «comer más sano entre semana». También veremos si es posible abordarlos juntos o bien necesitamos hacerlo por separado.