La autoestima se forma a partir de los estímulos que recibimos principalmente en nuestra infancia. Como comentamos en este otro artículo, la necesidad de ser vistos, reconocidos y validados por parte de nuestros padres, no siempre puede ser atendida cuando queremos ni de la manera que necesitamos. Otras veces, nuestros padres no son modelos en los que inspirarnos por tener una autoestima baja. Aunque en la infancia no nos hayamos recibido la suficiente autonomía, reafirmación o unos buenos modelos a seguir, de adultos es necesario recuperar la responsabilidad de validarnos y reconocernos a nosotras mismas en vez de continuar en la tendencia infantil de buscar la aprobación en los demás.
Muchos de nuestros comportamientos o creencias habituales hacen que sin querer vayamos «restando puntos» a nuestras reservas de autoestima. A continuación encontrarás una pequeña introducción a algunas de las actitudes que más perjudican la relación que tienes contigo mismo:
1- BAJA EL NIVEL DE AUTOEXIGENCIA
Aprende a reconocer al personaje exigente dentro de ti. Empieza a hacerle menos caso y a ser más tolerante contigo mismo.
Cuando tenemos una imagen de cómo deberíamos ser (para cumplir con lo que creemos que se espera de nosotros, por ejemplo) estamos creando un «yo» ideal, un personaje tan perfecto como irreal con el que compararnos constantemente (y siempre salir perdiendo, claro!). Cuanta más expectativa tengamos en ser o hacer algo de una determinada manera, mayor será la frustración al ver que no podemos cumplir con esa meta inalcanzable.
Esa exigencia se convierte en una voz interna que nos juzga y nos critica sin piedad. Con un discurso lleno de «tendrías que» y de «deberías», no permite que nos aceptemos tal y como somos, produciendo una sensación permanente de imperfección, de no ser o hacer suficiente.
Tener una actitud más amorosa y respetuosa con nosotras mismas, e ir desmontando ese personaje idealizado, hará que conectemos más con nuestro yo verdadero y fomentará nuestra autoestima a nivel profundo.
2- CONÓCETE MEJOR
Sé curiosa, cuestiónate, investígate, haz alguna actividad que ayude a aumentar tu autoconocimiento.
Aunque tengamos la sensación de que nos conocemos bien, en realidad sólo somos capaces de darnos cuenta de algunas cosas propias. Como si fuera un iceberg, lo que conocemos sólo es una pequeña parte que queda al descubierto y bajo la que se esconden un sinfín de creencias, motivaciones, emociones y patrones totalmente ocultos que nos hacen actuar de forma poco sana y sin que nos demos cuenta. Junto a todo este contenido más negativo también se encuentran muchas otras virtudes y valiosos recursos aún por descubrir.
Si no me conozco demasiado, difícilmente sabré qué necesito, siento, pienso y deseo de verdad, por lo que no podré atender a estas necesidades ni tampoco tendré la oportunidad de descubrir o desarrollar cualidades nuevas.

3- TRABÁJATE LA CULPA
Suelta el pasado y perdónate
La culpa puede llegar a ser una carga muy pesada que justifique el comportarse de forma poco amable con una misma. Este sentimiento tan limitador tiene que ver con la sensación de que tendríamos que haber hecho algo distinto de lo que hicimos, lo que por una parte, implica una no aceptación de la realidad, y por la otra, un fuerte juicio hacia nuestras decisiones o comportamientos. Culparnos por algo nos encadena permanentemente al pasado y nos hace caer en la nociva trampa de juzgarnos por comportamientos del ayer. Es muy importante ver que las circunstancias, sentimientos y motivaciones que teníamos en ese momento son distintas de las de hoy, por lo que cualquier juicio sólo nos va a provocar sufrimiento.
4- ACÉPTATE
Acepta, ten paciencia con lo que no te gusta de ti, todos los cambios importantes requieren tiempo y trabajo
¡Tan sencillo y a la vez tan difícil! Es fácil admitir y reconocer nuestras virtudes, pero no lo es tanto hacerlo con nuestros defectos y debilidades… La autoestima de verdad pasa por aceptarnos en todo nuestro ser, con nuestras luces y sombras. Todas tenemos emociones, reacciones y pensamientos que no nos hacen sentir bien, y admitirlos es el primer paso para poder iniciar los cambios que nos lleven a un mayor equilibrio.
La aceptación de cada uno de ellos es imprescindible para dejar de estar en lucha con nosotros mismos, en conflicto entre lo que somos y lo que nos gustaría ser. En relación con el primer punto en el que hablamos de la autoexigencia, si nos esforzamos por ser como los demás esperan que seamos o estamos constantemente exigiéndonos ser distintos de como en realidad somos, no estamos dejando espacio a nuestra autoestima.
5- APLÁUDETE MÁS
Reconoce tus virtudes, cualidades y logros, por pequeños que sean
Las personas con baja autoestima tienen dificultades para ver sus cualidades. También suelen tener problemas para reconocer sus logros, creyendo que cualquiera los puede alcanzar. Esa actitud les lleva a subestimarse y a menospreciar cada vez más sus capacidades reales. Pon atención a lo que haces para estar bien y agradécetelo. Pon atención en los pequeños logros del día a día y reconócetelos. Pon atención a tus virtudes, recursos y cualidades, y recuérdatelos siempre que puedas.

«La religión de todos los hombres debe ser la de creer en sí mismos» Krishnamurti