Quedan ya pocos rebeldes que aún no hayan abierto una cuenta en Twitter, Facebook o Instagram. Las redes sociales se han convertido en un elemento omnipresente en nuestras vidas, y su gran éxito se asocia, entre otras cosas, a dos necesidades principales del ser humano: la de mostrarse ante el mundo y la de pertenecer a un grupo o comunidad.
Aunque puedan ser una útil herramienta de trabajo y algunos sólo las utilicen con ese fin, la mayoría de nosotros también las usamos como un espacio en donde mostrarnos y hacer públicos aspectos de nuestra vida privada. El tipo de imágenes y contenidos que escogemos enseñar y la manera en que lo hacemos, tiene mucho que decirnos tanto a nosotras mismas como a las demás.
Como nos gusta recordar de vez en cuando, no vemos las cosas tal y como son, sino tal y como nosotros somos, por lo que las publicaciones que realizamos en las redes también vienen determinadas por nuestra manera de ver el mundo, y en consecuencia, muestran mucho más de nuestras emociones, miedos, pensamientos y deseos de lo que creemos. A continuación comentamos unos cuantos perfiles de usuarios de redes sociales:
Si bien las redes sociales constituyen una buena manera de informarse o realizar denuncias de distinto tipo, las hay que sólo publican contenidos personales negativos y parece que su muro es una lista de amargas o airadas quejas sobre diferentes personas o temas. Es muy posible que estas personas mantengan esta actitud en la «vida real» y estén habitualmente instaladas en la queja y el resentimiento. Parecen estar enfadadas con el mundo (y probablemente sea así).
Hay muchas otras maneras de conseguir atención a través de lo negativo, como por ejemplo con estados alarmistas o intrigantes: «en el hospital», «estoy fatal» o del estilo «en esta foto he salido horrible» (para que los demás lo nieguen y les digan lo bien que salen en realidad).
Fotos perfectas, estados fantásticos y contenido estupendo. Querer dar una buena imagen es normal, pero cuando se hace evidente que todo es demasiado perfecto y estudiado es cuando podemos sospechar que, por un lado, esta persona le da mucha importancia a la imagen que proyecta hacia el exterior, y por el otro, que hay una gran necesidad de mostrarse al mundo y de ser reconocida y aprobada por las demás.
Este alarde de felicidad y éxito puede proyectarse para obtener admiración hacia lo personal (pareja, familia, vida social…) o hacia lo profesional, y puede hacerse tanto a partir de un alto concepto de uno mismo como desde el extremo opuesto.
Contrariamente a lo que pueda parecer, el narcisismo suele esconder también una baja autoestima, por lo que además de estar muy pendientes de actualizar su estado y publicar frecuentemente, estas personas necesitan revisar muy a menudo las respuestas recibidas para retroalimentarse con ellas.
También entrarían en este grupo necesitado de reconocimiento y atención, aquellos que escriben continuamente, las publicadoras compulsivos de selfies y los que con sus escritos están constantemente reafirmando su manera de ser y de pensar.
Observan los perfiles de los demás pero nunca (o casi nunca) dicen nada. Algunas tienen una gran actividad como observadores de perfiles ajenos, algunos se limitan a compartir publicaciones sin hacer ningún comentario. Detrás de este estilo de usuario pueden esconderse personas con miedo a la opinión ajena o refugiadas en su propio mundo y que prefieren no exponerse.
En este grupo también entrarían las que usan seudónimos o abren perfiles con otras identidades. Es posible que estas personas se oculten por temor a la opinión externa o por necesidad de dar salida a algún aspecto de sí mismos que pueden no estar aceptando del todo.
Un punto y aparte merecen lxs especialistas en publicaciones «directo-indirectas«: aquellos que usan las redes para “lanzar» mensajes resentidos al aire con la esperanza de que la persona deseada los lea y se dé por aludida: «los verdaderos amigos no te dejan de lado”, «el problema de los hombres es que son unos inmaduros» y un largo etcétera de frases que en realidad tienen como objetivo llegar a alguien concreto o a su entorno. Pueden ser personas con dificultades para encarar problemas y que prefieren evitar los enfrentamientos.
Confrontar directamente con la persona aludida no siempre es fácil, pero sí es la manera más sincera y sobre todo más sana de despejar dudas, evitar resentimientos y solucionar de verdad el conflicto. Lanzar “mensajes al aire” es una actitud bastante infantil que no sólo no soluciona nada sino que aún puede añadir más resentimiento y especulación al tema.
Te sugerimos unas cuantas preguntas que pueden ayudarte a descubrir aspectos nuevos sobre ti y tu uso de las redes sociales. Contéstatelas de manera sincera!
-¿Qué tipo de emociones se desprenden de tus publicaciones? ¿alguna aparece más frecuentemente que otras?
-¿Qué partes estás mostrando y qué otras estás ocultando de ti?
-¿Qué tipo de publicaciones sueles hacer? ¿sobre qué temas?
– Observa tu foto de perfil: ¿en qué actitud te muestras? ¿es una foto tuya o no sales? ¿qué crees que estás intentando decir con ella?
-¿Qué tipo de feed-back esperas?
-¿Qué buscas con tus publicaciones? ¿qué te motiva realmente a hacerlas?
-¿Qué quieres que vean los demás en ti?
-¿Qué te dice tu perfil a ti mismo?
-Si lo miras como si no fuera tuyo ¿que crees ahora que está diciendo tu perfil sobre ti a las demás?
Si quieres compartir algún descubrimiento con nosotras, estaremos encantadas!
NOTA: En este artículo queremos hacer una reflexión sobre algunas maneras de usar las redes sociales y dar un punto de partida sobre el que reflexionar y descubrir algo nuevo sobre nosotrxo mismos, y no juzgar qué «está bien o mal». Cualquier cosa que ayude a ampliar nuestra conciencia sobre qué hacemos, cómo y qué buscamos con ello, ¡es bienvenida sea como sea!