Eres de los que «lanza mensajes resentidos al aire» en Facebook o Twitter con la esperanza de que la persona deseada los lea y se de por aludida? Este tipo de mensajes suelen tener un contenido así: «los verdaderos amigos…» «conoces de verdad a la gente cuando…» » la gente te hace daño…», y un largo etcétera de frases vagas y generalistas que en realidad tienen como objetivo llegar a alguien concreto.
Confrontar directamente el problema con la persona en cuestión no siempre es fácil, pero sí que es la manera más sincera y sobre todo más sana de despejar dudas, evitar resentimientos y solucionar de verdad el problema. Lanzar «mensajes al aire» es un acto un tanto infantil, un «tirar la piedra y esconder la mano» que no sólo no soluciona el problema en cuestión sino que aún añade más resentimiento.
Hacernos cargo de nuestros sentimientos y, actuar en consecuencia expresándolos a la persona directamente, es un acto de madurez y responsabilidad. La sinceridad y la confrontación desde el corazón es la mejor vía para solucionar un conflicto que puede estar cargado de especulaciones y fantasías.
Si te cuesta confrontar directamente… ¡pruébalo! ya verás como en realidad no es tan terrible como parece.
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